LO BUENO DE ENCONTRARSE LA TERCERA VEZ QUE SE CAE EL SOMBRERO
(LA PERCEPCIÓN)
La verdad es que el señor iba caminando por la calle y ya se le había caído el
sombrero justo junto a un charco cuando lo levantó y lo puso bajo el breve
resguardo de la cueva debajo de su brazo, cuando de nuevo se le cayó ahora muy
cerca de la mierda de un perro pequeño a juzgar por el tamaño y fue la tercera
vez que se encontró aquel señor inclinándose para recoger su sombrero que en
lugar de enfado se lo tomó a qué miércoles en domingo con casi una risa
abierta; y justo con esa expresión y gesto de sonrisa que camina a risa en el
rostro dibujado, fue cuando se encontró con los ojos de aquella mujer, que
siempre dijo -durante años- que lo que más le había fascinado de él, era la
forma que tenía de reírse frente a lo que otros consideraban diferente. Lo
supo desde su encuentro.
Lo bueno
de encontrarse
la tercera
vez
que
se cae
el sombrero.
de encontrarse
la tercera
vez
que
se cae
el sombrero.